domingo, 20 de septiembre de 2009

Avatares de la chica con cara de pie

(Para Caro W, Caro Z, Vale, Vane y Vani)


No me importaba el qué dirán hasta que empecé a darme cuenta que era un discurso unívoco. Siempre por detrás, me señalaban como la “cara de pie”.
Es verdad que no soy la más linda de la familia, que mis padres siempre apostaron más por mis hermanas que por mí y que cuando íbamos a una fiesta, mamá me ponía el moño más grande… pero sentenciar mi belleza poco convencional con el parecido a la parte más desagradable del cuerpo, es bastante degradante ¿no?
Lo que me parece grave es que comparen mi cara con un pie y que todos estén de acuerdo en eso. Me costó bastante darme cuenta de estos rumores… pero luego comencé a explicar mi propia historia.
En el verano, cuando solíamos ir todos juntos a la playa, en lugar de ponerme pantalla solar, a mí siempre me rociaban con talco mentolado e ingenuamente yo creía que tenía otro tipo de piel.
Lo mismo con los zapatos, que siempre me gustaron como a todas las chicas pero nunca fui una experta, ni fanática… pero mis amigas siempre me pedían opinión al momento de comprar nuevos… es como que por mi cara de pie, tenía que ser una autoridad en el tema.
Y hasta… ¿saben qué? Hace unos años, cuando conocí a mi novio que trabaja en una farmacia, entré y me miró –a mi ya me gustó desde el vamos- y me atendió preguntándome: “¿qué callicida buscás? ¿El monje negro o Llauría?” Y yo: “Llauría. Pero… ¿cómo sabés?” Y él: “te adiviné, ¿será que estamos conectados?” Allí comenzó el amor, mientras yo realmente creía que había una conexión especial y de él no fue más que un maltrato, además ¡lo que tengo en la frente es un lunar, no es un ojo de gallo!
Muchas situaciones me intentaron convencer que llegué tarde a la distribución de caras y me tocó un pie y que tengo que pisar fuerte para seguir mi vida de esta manera. Lo asumí, cambié la orientación de la cama, me hago tratamientos faciales basados en piedra pómez y a partir de allí, hago goles de cabeza.

Acerca de que tuve la gripe porcina

(Para Juli y Trini)


Si, estuve con gripe, pero todo fue un gran malentendido. Primero tuve síntomas de intoxicación y enseguida -como archivo adjunto-, empezaron los síntomas virales de una H1N1.
Fui a una médica, me revisó y me alertó: “estarás en observación, veremos como evoluciona porque puede ser Gripe A” y prosiguió: “lo que pasa es que aún hay casos y la gente se sigue enfermando, pero nadie dice nada porque parece que a los medios lo único que le importa es esto de la ley de radiodifusión y te cuento que en nuestro país pasa eso, un tema saca a otro de la primera plana.”
Lo que tienen los médicos es que son muy cultos y te ofrecen una mirada crítica con respecto a la construcción de los acontecimientos, en una media hora de consulta, resolví mis dudas con respecto a la existencia del periodismo independiente…
Me fui a mi casa a reposar con mi cajita de Tamiflú y esperé que la gripe fluya y traté de reconstruir el por qué de mi afección.
Tenía la peste de moda y en mi historia clínica, a partir de eso se lee la leyenda: “Intoxicación con una picada en dudoso estado de vigencia y en un dudoso sitio con dudoso control bromatológico. Dolor muscular, fiebre, angina, cansancio, migrañas, tos. Se recomienda reposo aislado, dieta blanda y tomar la medicación.”
Y en el diagnóstico: Gripe, porcina.