jueves, 5 de febrero de 2009

Vacaciones con amigas



Esos últimos días en la oficina, antes de salir, te ponés a pensar y sonreís como una tonta… ya te las imaginás, más enfiestadas que nunca y preparadas para que todo fluya…
Una serie de mails: “cosas que tenemos que llevar”. El listado suena a lo imprescindible: bolso de playa, lona, conservadora, vasos, abrelatas, secador de pelo, falgós,… La verdad es que lo hice rapidísimo y muy motivada. De todas maneras pensás: nada que olvidemos va a opacar esta aventura…


Y si, laburás todo el año, estudiás porque querés un trabajo mejor, es obvio que necesitás vacaciones… y vacaciones efectivas.


Las más efectivas para una mujer que pasó los veinticinco, soltera y sin compromisos son las vacaciones con amigas. La actitud desde el principio es placentera… armar el bolso ya sabiendo cuáles son las pilchas que no vas a usar, pero se te ocurre que otra las puede aprovechar y –ya fue- más de la mitad estará de más… ¿y qué?


Salimos a media noche porque es mejor no viajar de día, horas dormidas es tiempo ganado. Y llegás a la terminal y las ves, tan felices y relajadas, nunca fueron tan puntuales antes de un viaje (a pesar de lo catedráticas en corrida de colectivos), nunca sintieron el bolso tan liviano (a pesar de toda la ropa por las dudas y las botellas cuidadosamente acomodadas para que no sufran). En ese instante es cuando sabés que algo inolvidable está por pasar y que son ellas con quienes recorrerías el mundo a dedo, porque cada movimiento es anecdótico.


Lo mejor de todo es que el tiempo pasa y no estás alterada y lo peor es que lo hace muy rápido. Deberíamos dormir menos pero volvés de bailar y estuviste toda la tarde en la playa, alta alcoholemia… la cama te pide más y encima el hospedaje está bueno…


Nos despertamos y ¿cómo puede ser que te parezcan tan lindas con esas caras de tren fantasma? Es que estás de vacaciones con amigas y todo es poético, hasta derramar Cola Cola en el cuarto de hotel te emociona (en otras circunstancias… ¡Cuánto putearías!).


En la playa, el mundo puede venirse abajo que mientras tengamos bebida, es el paraíso. Ahí es cuando pensás: ¿esto es realidad o estoy por despertarme sentada frente a la computadora de mi trabajo…? Nada es un sueño, estás con las chicas de vacaciones y por más que te mueras deseando que el placer no termine… sí lo hace.


Te das cuenta en tu casa, cuando no podés levantarte de la cama por la amargura, el bajón que te aplasta y ese bolso que no querés desarmar para no llorar.


Un día, dos… ves las fotos, extrañás a las chicas y las llamás, querés volver, que esto se repita pero… lo inolvidable no se repite, es único, irreproducible.


Las vacaciones con amigas son un batacazo de arte: tiene colores auténticos, música perfecta, te sentís importante y sólo nosotras podemos interpretarlo y darle el valor de cada acorde, de cada pincelada lograda con poca plata y mucha pila.

2 comentarios:

Juli dijo...

no te imaginas lo orgullosa que me hace sentir ser parte de tus historias tan bien contadas...
sos y seras parte de mi vida, brindemos por todas las vacaciones que vivimos y vivremos..
te quiero
Pichai Maggie

Unknown dijo...

me sumo al brindis pero con sprite xq tengo el hígado hecho bola por su culpa (ventaja de ser mina: no te revisan la conservadora en la playa)las quiero putarracas y vamos por más!
Pichai Penny