No es lo mismo ser soltera y sin apuros cerca de los 30 que la misma condición cerca de los 20. Hay una diferencia de actitud que en pocos años de diferencia, se denota con alevosía. Llega un momento de la vida que ya no te tirás a la pileta para ver en el salto si hay agua…, los golpes (a cierta edad) dejan marcas cada vez más profundas.
Trataré de contar una situación que vivió Rita de 28 años, una piba de acá a la vuelta.
Entre esas cosas de la vida en soledad, Rita resultó ser aficionada al cine. Bueno, digamos que por no tener nada que hacer, comenzó a alquilar películas en los días de promoción.
Así fue que lo conoció a Marcos, el chico del video. De aproximadamente unos 30, alto, cabeza rapada, mirada fija, sonrisa perfecta, barba de tres días y medio, camisetas de rock, jeans anchos o pantalones cargo con bolsillos a los costados, una pulsera de cuero tallada y un arito de plata. Adicto a las películas de Tarantino y fanático de la saga de Batman, Rita lo observó tanto pero tanto… que en dos semanas se enamoró y se decidió a acercarse a él, a invitarlo a compartir su soledad.
La chica ya sabía de memoria la góndola de los estrenos y mientras la repasaba una y otra vez se preguntaba ¿cómo le digo? Ensayaba en su cabeza frases hechas tales como: ¿tomamos una cerveza después?, ¿hacés algo a la salida? Yo vivo a dos cuadras…, etc.
Ella que siempre observó a su hermana (Luisa de 20) que con tanta naturalidad logra una cita en cuestión de segundos, le fue imposible llegar a ese nivel de conversación en lo que dura la transacción en la renta de un DVD. Nunca iba a tener suerte de ese modo, un silencio de más de dos segundos por parte de Marcos la mataría…
Por eso compró un bono de 30 películas por $70. Pensó toda una estrategia para darle a entender a Marcos que estaba todo bien ‘a la antigua’, lo que significa que iba a ser sugerente para con el muchacho. La manera de acercarse sería mediante la selección de películas, hasta que el mensaje fuera obvio.
Rita comenzó desatándose su pelo ondulado color miel y luciendo escotes para ir al local de video,… después de un recorrido por los pasillos fue hasta el mostrador y pidió los primeros tres títulos con total sutileza:
-Te pregunto por unas pelis que quiero llevar: “Se busca pareja”, “Toda la gente sola” y “Las vueltas de la vida”. ¡Ah! una bolsa chica de pochoclos, por favor.
Trató de no ponerse colorada y lo logró, se dio cuenta que podía ser muy fácil. Marcos ubicó los DVDs y se los preparó para llevar como habitualmente, hasta hizo un chiste sobre el guasón de Heath Ledger que Rita nunca entendió y sin embargo se rió para coquetearle. El que no estaba entendiendo nada era él.
Al día siguiente volvió como una diva, fantástica y refinada, por más largometrajes ‘temáticos’…
-Me encantaron las tres, muy oportunas en este momento de mi vida. Traje anotadas otras para pedirte: “Joven, soltera y furiosa”, “Seduciendo a un extraño” y “¿Quién dice que es fácil?”.
Él la miró una vez y otra vez fijamente… en ese instante como recapitulando, luego buscó en el ordenador el pedido.
-¿Sabés que a esa última no la tengo? Está alquilada. De todas formas tengo una para recomendarte, puede llegar a gustarte… -busca y le exhibe la portada de “Tomalo con calma”- o si no ésta –“La cosecha de hielo”-.
¿Acaso Marcos había entendido el juego?
–No lo creo –pensó Rita- los tipos no se dan cuenta de nada.
Y se fue con su bolsa de ‘Filmanías’ para clavarse otra tarde de películas pensando en él.
La mañana siguiente fue clave (y contundente). Entró al negocio, sorprendiendo a su chico de espalda ordenando las infantiles y tiró su pedido al aire: “Alguien tiene que ceder”, “Ámame Tiernamente” y “Dí que si”. Marcos se dio vuelta, fue hasta el sistema de registro de las películas y ese día Rita se llevó un bonus, por sugerencia de él: “El arte de la seducción”.
Cuando terminó su horario de trabajo se encontraron en la esquina y hasta la medianoche comprobaron que la pasión no sólo es cosa de Hollywood… y sin moverse del dormitorio de la chica de acá a la vuelta, fueron desde el cine al paraíso.
Despertarse luego de eso, fue para ella como la gran motivación para seguir ese juego que le estaba dando más competencia. Luego de una ducha y de un desayuno continental, llegó al videoclub amigo y sin siquiera mirarlo le pidió tres nuevas películas: “Condimentos para el amor”, “Realmente amor” y “Señales de amor”.
Marcos, con su actitud más canchera que nunca dijo: -Una pena, ninguna de esas está. Pero si buscás comedia, te recomiendo: “Casanova”, “Disfrutando la libertad” y “Atrápame si puedes”.
No sé por qué pero Rita ya sabía que esos títulos no eran su estilo: -No gracias. Estoy pensando en “La familia de mi novia” y “Agitada luna de miel”.
-Nada que ver. Lo que podés llevarte es “No es otra película de amor” y “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos” –sugirió él en tono soberbio y entre risas.
Con los ojos llenos de lágrimas, ella murmuró pero haciéndose escuchar:- “Cambio de dirección” y “Simplemente no te quiere”.
-Lo pedís, lo tenés –respondió Marcos- y por ser tan buena clienta va “Chicas pesadas”, la casa invita.
-¿La casa invita? Entonces quiero “La venganza de la hiena”–ironizó Rita-.
- “La serpiente a la sombra” –retrucó el muchacho-.
- “Mirá quien habla” –remató la chica del corazón roto y salió apresurada del local dando un portazo, con la bolsa de alquileres dentro de su cartera.
Unos minutos después, el chico del video cambió los anuncios de la vidriera. Las promociones fueron “Tres son multitud” y “Por fin me la quité de encima”.
2 comentarios:
Me encantó. Besitos rubia
merecidos aplausos... ahora miro "500 days of Summer"
esta como pollo al ajillo.
salù
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